La novela más romántica y cautivadora que ha dado la ciencia ficción.
Esta cita, junto con el nombre del autor, George R. R. Martin, son lo que me decidieron a comprar Muerte de la Luz.
Al principio le cuesta un poco arrancar, pero poco a poco consiguió engancharme, y eso, siendo ciencia ficción, no es fácil, porque no termino de cogerle el gusto a este género. Quizás lo que hizo que me gustase fue que realmente, quitando un par de naves voladoras y armas laser, sólo se nota que es ciencia ficción en el transfondo del planeta donde transcurre la trama, un planeta errante que tiene unas cuantas décadas de luz antes de perderse definitivamente en el Confín sin estrellas.
Los protagonistas viven el fin de este agonizante mundo, cuando, como dice el titulo, muere la luz.
Lo mejor, a mi parecer, es toda la cultura Kavalar y como se desarrolló. El protagonista lo veo un poco colocado al postín, que no sabe que hace realmente allí y que sólo sirve para llevar la trama. Los personajes realmente evocadores son Jaan Vikary, Garse Janacek y Gwen, y la relacíón que los une.
El final empieza a coger un ritmo trepidante y a depararnos algunas sorpresas, pero quizás, lo que menos me gustó, fue precisamente el epílogo, que no me convenció para nada. Aunque bueno, como para gustos los colores, tenéis que probarlo, porque no es mal libro ni mucho menos, es sólo que yo me esperaba más de Martin, quizás porque lo conocí con la saga de Canción de Hielo y Fuego.
Nota final...un 6
